Hay algo que me gustaría mucho y creo que nunca conseguiré: ver como le dan una paliza a Francis Fukuyama. Nada de wrestling ni artes marciales: ostias como panes, de esas que hacen que después te duelan las manos, en las partes blandas y por debajo del calzón.

Puestos a pedir, me gustaría que la paliza se la diese Camille Paglia. Físicamente no parece gran cosa (1,55 cm/50 kg. de peso) pero esta señora tiene uñas hasta en los dientes. Si le metiese la misma caña a Francis que al lobby antiporno americano el hombre se iba a llevar la del pulpo. No le vendría nada mal.

Anda que no estaría bien ni nada, Camille hecha una hidra invocando a Dioniso y Francis correteando por el ring y chillando «¡¡No me pegues más, que ya no soy neocon!!» con la cara hecha un mapa.

Me haría tanta ilusión verlo que hasta les haría el cartel gratis.
 Esto es lo que pasa normalmente cuando se me insinua que trabaje por la patilla.

 

 

Pero sería capaz de cualquier cosa por ver llorar a Fukuyama. Que mal me cae, el jodío. A lo mejor lo hago igualmente y se lo envío a Camille, para darle ideas.

En la foto de arriba, Emile Griffith vs. Benny Paret en la final del campeonato de los pesos pesados de 1961 (via). En la de abajo, un borracho cualquiera.